7 ago 2011

Ser humano

Ocurrió una tarde, tras salir de clase. Caminaba por la calle y, como todos los días, pasó por la puerta de un centro de atención a personas discapacitadas. Había un autobús del que se bajaban personas con distintas edades y distintas discapacidades y varios monitores.

De repente, un pensamiento sacudió su cabeza. ¿Qué estaba viendo? ¿A quién estaba viendo? Por un momento, no podía negarlo, no podía engañarse a sí mismo, había dudado. ¿De qué? De su humanidad. No de la de él, de la de ellos. Esas personas a las que estaba viendo (aquellos rostros característicos del síndrome de Down, aquellos niños y mayores con parálisis cerebrales y demás patologías) no eran como él. Él era un estudiante, y uno de los mejores, un chico sano, activo, con un futuro prometedor por delante. En unos años iba a ser un gran profesional, con un gran sueldo, tendría una pareja de su nivel, etcétera, etcétera.

¿Y ellos? ¿Quiénes eran aquellas personas, tan distintas de él? No supo responderse. No supo ver su humanidad, pues puso su idea de humanidad por encima de ellos... y no sabía por qué. Se sintió mal. Llegó a casa y seguía sintiéndose mal. Se podría decir que aquella idea le producía asco, asco de sí, pero no podía evitarlo. Lo había pensado, era su idea. ¿Por qué?

Por suerte, el tiempo le enseñó a ver la humanidad. Aprendió qué significa y qué es ser humano. Y se dio cuenta, como no, a través de las madres. De las madres que acuden a la consulta con sus hijos (que padecen síndrome de Down, de West, parálisis varias, niños con importantes retrasos psicomotrices, sin control de esfínteres, que no son capaces de articular palabra). Y les ves. Ves a los niños, ves a los padres, a las madres. Ves sus caras, su preocupación, su lucha, su sufrimiento, su conciencia de que están llevando a cabo una tarea que les sobrepasa. Pero ellos la sobrepasan. Y lo hacen por sus hijos. Porque son como cualquier otro. Quizá porque en su debilidad sean más humanos que nosotros. Ser humano es eso. Es ser capaz de sonreír o de tener un mínimo gesto y que a tus padres se les olvide todo el padecimiento y todo lo que llevan a cuestas. Ser humano es ser hijo, es ser un padre abnegado, es ser alguien que deja todo por atender, por cuidar, por... querer a alguien. Más que los cromosomas, más que pertenecer a la misma especie, lo que nos hace humanos es la capacidad de querer, de ser queridos, de abrazar, de transmitir con detalles insignificantes lo más profundo de nuestro ser. Incluso cuando no podemos transmitirlos.

Al cabo, se dio de cuenta de que él también tenía que aprender a ser humano.

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