Hace
tiempo que salió la nueva edición del Sobotta, un atlas de Anatomía Humana
centenario (la primera edición se publicó en 1904) y que se ha renovado por
completo. Volver a ver este atlas en las librerías ha sido para mí un feliz
reencuentro que tenía que comentar. Yo estudié Anatomía con el Sobotta, y
recuerdo las muchas horas que me pasaba con el libro en el atril para ir viendo
las imágenes mientras leía y subrayaba el libro de texto, o bien me hacía
esquemas con las ramas de la aorta abdominal o del plexo braquial. Quizá suene
un poco romántico, pero recuerdo hasta el olor a libro nuevo que tenían sus
páginas satinadas cuando lo compré.
Pues
bien, los nuevos editores de este atlas clásico han decidido darle un gran
remodelado. De entrada, de dos tomos han pasado a tres (Anatomía general y
aparato locomotor; órganos internos; y cabeza, cuello y neuroanatomía) y para
hacerlo más completo, incorporar texto y referencias clínicas. Estos cambios
completan y hacen del nuevo Sobotta un libro perfectamente adaptado a los
nuevos requerimientos de los planes de estudio de los grados de Medicina,
Biomedicina, etc.
Quizá
uno de los aspectos más interesantes del libro, más allá de la innegable
calidad y claridad de las imágenes, sea el nuevo enfoque clínico. Esto puede
hacer ver a los nuevos estudiantes de Medicina la importancia fundamental que
tiene conocer bien la anatomía para ser buenos médicos, además de hacer más
ameno y práctico el estudio de esta densa asignatura.
El
libro ofrece otras novedades igualmente interesantes. Así, al principio de cada
sección, por ejemplo si vamos a estudiar el corazón, nos encontramos con
láminas de embriología en la que se explica el desarrollo de esta víscera y sus
defectos congénitos. Se incluyen también múltiples figuras con imágenes de
pruebas complementarias (radiografías, endoscopias, TACs…) y fotografías de
casos clínicos. El atlas cuenta, como ya no puede ser de otro modo, con acceso
a su contenido en Internet, donde se pueden descargar todas las figuras y
encontrar instrucciones para realizar las disecciones en el cadáver. Este
aspecto puede ser muy útil, porque a todos nos ha pasado que más de una vez no
hemos sabido por dónde cortar y qué estructuras se deben disecar y cuáles no.
Aunque
es una opinión sesgada, pues me encanta la Anatomía, no creo que su estudio sea
difícil, pero sí que requiere mucho tiempo y esfuerzo por parte de alumnos que
acaban de llegar a las facultades. Es por ello que contar con un material como
éste y tenerlo siempre a mano como complemento del libro de texto, resulta
imprescindible para obtener éxito en esta asignatura. Y si el Sobotta ya era un
gran atlas, ahora es, sencillamente, magnífico.